Las costumbres de Violeta

A Violeta le encanta reír saltar bailar con la sonrisa llena de pasteles.
No le gusta que le traten mal, tampoco el mal gusto.
A Violeta le gusta abarcar con sus dos manos el rostro de Pablo y darle un beso sonoro, con eco.
A Violeta le excita Pablo.
A Violeta le gusta viajar en el asiento de la ventanilla y contar los coches rojos.
A Violeta le gusta el verano, sus faldas ligeras y un ventilador industrial. En invierno, una cama de matrimonio con edredón y Pablo desnudo dentro.
A Violeta le gusta ser feliz y que las cosas le salgan bien, de rechupete.
A Violeta le gusta la fotografía y se emociona, tiembla como una bolsa de chuches, cuando tiene delante una buena fotografía.
A Violeta no le gustan las conversaciones sin sentido, por cortesía.
A Violeta le fascinan los abrazos por detrás, cerrar los ojos y que eso sea el “momento decisivo”.

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